Downsizing: "Pequeñas soluciones para grandes problemas"
Bárbara González R.
La película de ciencia ficción escrita y dirigida por Alexander Payne (Election, The Descendants, Nebraska) cuenta la historia de Paul Safrânek (Matt Damon) un terapeuta ocupacional inconforme con su estilo de vida, en un mundo donde además, el cambio climático es una amenaza inminente.
¿De qué se trata?
Honestamente, de todo un poco. Un grupo de investigadores noruegos han encontrado una solución factible para reducir la huella de carbono y apalear el impacto ambiental: ¿La idea? Reducir el tamaño de las personas a aproximadamente 12-13 cm. Reducir su tamaño usaría menos recursos, ocuparía menos espacio y produciría menos desechos. Por lo tanto, tendría un menor impacto en el ambiente. Además, todos sus ahorros actuales se traducirían a una mayor riqueza en un menor tamaño, ya que se necesita menos material para fabricar los insumos.
Después de conversarlo y reflexionarlo, Paul y su esposa Audrey Safrânek (Kristen Wiig) toman la decisión de unirse al boom de la vida en miniatura como una solución a sus problemas económicos, para vivir una larga vida con un corto presupuesto, y de paso ayudar a la crisis medioambiental.
En el transcurso de la película, la vida de Paul se cruza con una serie de peculiares personajes, entre ellos Ngoc Lan (Heng Chau) una activista vietnamita que fue reducida como castigo político y trabaja en el departamento del vecino de Paul, que en su intento de ayudarla con un problema médico, se ve involucrado en otros aspectos de su vida.
Fuente: imdb.com
El argumento de la historia promete seguir los cambios políticos, sociales y culturales que vendrían con una solución tan revolucionaria como la reducción del tamaño. Sin embargo, no se hace cargo de ninguna de estos temas en profundidad y pierde el rumbo luego de la primera parte, intentando abarcar muchos temas, pero sin desarrollar en profundidad ninguno. La brillante (e imposible) idea inicial, que hace a esta película única y creativa, se termina abriendo en muchos caminos sin conclusiones.
El objetivo de la metáfora medio ambiental, como cuenta Payne a una entrevista a The Guardian, era, en cierto nivel, hacer una película política que les permitiera abrir las puertas a ciertos elementos horribles que suceden en la sociedad actual: “La película toma una premisa muy ridícula y la trata con mucha seriedad”. Su idea de mostrar los excesos egoístas de la clase alta, la angustia por el derroche y las crisis medioambientales, no termina siendo suficientemente sobre algo. A diferencia de sus otros trabajos que se sostienen en pocas ideas fuertes, esta sátira termina en muchas ideas débiles.
¿Recomendable?
Sí. A pesar del balance no muy positivo que acabo de escribir, es una película liviana, novedosa y entretenida. Toma un tema actual, como lo es el cambio climático y le da una solución con tonos de comedia, algo inusual en un tema que suele tratarse desde el drama, el suspenso y la catástrofe. Mérito extra a la creación de un mundo miniatura completamente nuevo, que no solo convive, si no que también se conecta con el mundo a tamaño real.
Tiene personajes cómicos, un buen ritmo (sobre todo la primera parte), y un buen cast de personajes secundarios.
¿Nota? 6 plantitas de 10. 🌱🌱🌱🌱🌱🌱
¿Dónde ver? En Netflix y Amazon Prime Video como “Pequeña gran vida".